Desde que nacemos existe un vínculo
entre la madre y el niño llamado Simbiosis Prenatal, cuando éste se rompe, el
niño lo manifiesta mediante el llanto, rabietas…
Nils Bergman es un científico que
estudió este fenómeno. Defiende que en nuestro rombencéfalo existen tres
programas neurológicos: defensa, nutrición y reproducción. Cada programa produce
de un conjunto de hormonas dirigidas hacia los nervios y músculos, de tal modo
que si un estimulo hace que se active un programa tendrá un efecto sobre los
otros, que dejan de producir hormonas para ellos se “cierran” y producen
hormonas solo pare este hasta que dicho estimulo cese.
Estos programas regulan el
metabolismo de nuestro cuerpo, mantenimiento de la vida de formas diferentes…
Este programa funciona de la manera siguiente:
Si se separa al niño de su madre,
el programa de nutrición se cierra y se activa el de defensa; la criatura entra
en un estado de alerta, y protesta mediante el llanto reclamando a la madre. Anatómicamente
disminuye la temperatura corporal, disminuye el ritmo cardíaco y respiratorio pero
aumenta el nivel de las hormonas de estrés.
Los estados por los que pasa son:
al principio llorara por alerta y así irá aumentando gradualmente hasta llegar
al estado de desesperación, que cesará por cansancio.
“Llorar es nocivo para los recién
nacidos; ello restaura la circulación fetal y aumenta el riesgo de hemorragia
intraventricular y otros problemas.” Bergman.
Hay estudios que defienden que el
estrés aplicado de forma masiva en un recién nacido no es bueno porque puede
afectar al desarrollo neuronal, y a las células cerebrales (toxicidad
bioquímica).
Bergman hizo un estudio comparando criaturas recién nacidas junto
a la madre con criaturas separadas de la madre, se aseguró de que ambos grupos
recibían el mismo trato para demostrar que la única diferencia entre niveles
hormonales era la presencia de la ésta.
Les tomó muestras de la saliva
para medir los niveles de cortisol; en los niños que estaban separados de su
madre eran mucho mas altas, podía llegar hasta 10 veces mas si estaban
presentes otros elementos como sonidos , luces , muestras de sangre…
Pero solo con que estuviese una
hora con el contacto de la piel de su madre, sus niveles volvían a la
normalidad.
Otro estudio que hizo para
demostrar el fuerte vinculo corporal entre la madre y un hijo era el siguiente:
se mostraba a varias mujeres, hombres y una madre s, la temperatura corporal de
la madre era un grado superior al resto, cuando el cuerpo del niño estaba mas
frío la temperatura corporal materna podía aumentar hasta dos grados para
calentarlo o lo contrario, podía disminuir si tenia mucho calor.
La sincronización maternal se
hace evidente durante el periodo del amamantamiento, porque la composición de
la leche materna varía según las necesidades del niño.
Otro dato es la regulación de la
temperatura corporal de las criaturas recién nacidas. Los gráficos de
temperatura de un niño en la incubadora, son inestables, la temperatura
corporal tiene subidas y bajadas; y por otro lado siempre está por debajo de la
temperatura ambiente dentro de la incubadora, como si el cuerpo no pudiera absorber el calor del ambiente. En
cambio, cuando el niño está sobre el cuerpo materno, las temperaturas de ambos
se aparejan y son estables; la criatura absorbe el calor del cuerpo materno.
Entre madre y criatura hay una "sincronía térmica”.
Bergman defiende que un bebe en una incubadora esta en un
estado de supervivencia hasta que vuelva junto a su madre, un medio defensivo
para volver con ella es reducir su temperatura corporal llora para llamar la
atención y que su madre le vuelva a poner en su sitio, poder cerrar el programa
de defensa, abrir el de nutrición y recuperar el "modo de desarrollo".
Hay muchos estudios que demuestran
que la falta de la madre provoca diferentes trastornos psicológicos, como la
violencia criminal. “Bergman asegura que las complicaciones que suceden durante
el nacimiento afectan a la personalidad, a la capacidad relacional, a la
autoestima, y a los esquemas de comportamiento a lo largo de toda la vida”.
Allan Schore junto a su equipo han comprobado que la
criatura separada de la madre puede pasar del stress (hipervigilancia) a la
desesperación y de la desesperación a un estado de desconexión (disociación)
para dejar de sufrir.
Michael Odent decía que la mejor
forma de crear a una persona propensa a la violencia es separarla de la madre
en su más tierna infancia. En este punto también hicieron estudios JW Prescott
y Margaret Mead. Este tipo de hechos no es un suceso reciente, este tipo de
hechos se remontan a la Grecia post micénica donde el pueblo espartano tiraba
los bebes al suelo para endurecerlos y obtener buenos guerreros.
Según Allan Schore separar a la
criatura de la madre seria lo mismo que pasar:
Estrésàdesesperaciónàdesconexión
(evitar el sufrimiento).
La hipervigilancia: el sistema nervioso simpático se activa
fuertemente y de forma brusca, con un aumento del ritmo cardíaco, de la presión
sanguínea, del tono y de la vigilancia; la angustia de la criatura se manifiesta
con llanto y alaridos... A esto le llama Perry “miedo-pánico” cuando el cuerpo
segrega altas dosis de hormonas de stress las cuales hacen que el cerebro pasea
un estado hiperbólico.
La disociación: es una reacción que se produce por el terror
y se manifiesta con embotamiento y
retraimiento; ocurre en situaciones en las que la persona no tiene ni ayuda ni
esperanza, una respuesta en la que el individuo se desconecta para
"conservar su energía", una conducta peligrosa de supervivencia en la
que el individuo finge estar muerto; en este estado pasivo de profunda
desconexión, la tasa de opiáceos endógenos es alta, lo que produce ausencia de
dolor, inmovilidad e inhibición de gritos de angustia.
Este estado no debe ser alcanzado
porque afectaría al desarrollo posterior del cerebro.
La clásica frase: “déjale llorar
hasta que se calle o para que aprenda” tiene varias justificaciones, al
principio se callara por cansancio físico y se acabara por dormir (primera
reacción de supervivencia); pero si se repite a menudo, empujamos al niño hacia
el estado de desesperación incluso a estados de desconexión en los que desembocarían
en una serie de síntomas autistas.
Balint defiende que hay una serie de heridas que debidas a su
impacto psicológico dentro de una persona conllevan a realizar una serie de
acciones en edades posteriores que no concuerdan con las características de un
sujeto normal principalmente causadas por la falta de un primer amor, además de
que duran toda la vida, por otro lado aspectos como el ansia o el miedo que
están presentes en la edad adulta vienen dados por situaciones básicas.
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