domingo, 21 de abril de 2013

Una exposición de emociones


Exposición de la inteligencia emocional del grupo A1

Hace unas semanas nuestros compañeros del grupo A1 nos deleitaron con una exposición sobre la inteligencia emocional que nos dejó cuanto menos boquiabiertos. Primero fue la sorpresa de descubrir que su presentación estaba llena de dinámicas y juegos en las que todo el A2 participamos, luego la preocupación y los nervios de pensar que nuestra exposición (que se hacía a la semana siguiente) fuese a ser mucho peor que esta. Estábamos divirtiéndonos por lo que estaba ocurriendo en clase, alegres y orgullosos de cómo se habían organizado, preocupados por nuestra propia exposición y contrariados por todo lo que estaba ocurriendo en tan pequeño espacio de tiempo. Al final de la presentación terminamos enfurecidos y frustrados porque nos habían dicho que debíamos hacer un examen sorpresa que resultó ser una simple manera de hacernos ver cómo pueden cambiar nuestras emociones y que nunca se llegó a evaluar. Aunque más que una prueba yo lo definiría como una broma de mal gusto, sin querer ofender a mis compañeros del A1. En definitiva, en los rostros de todos los que estábamos allí sentados se entrevieron diferentes expresiones de emociones durante el trascurso de las dos horas, emociones que también se vieron en los que estaban realizando la exposición: alegría al ver que salía como ellos pensaban, nervios y miedo por no querer estropear nada, relajación cuando todo terminó y había salido perfecto…

Debo admitir que no recuerdo muy bien la explicación teórica que dieron en su presentación, ya que fueron muchísimos conceptos, teóricos y prácticos, que se atropellaron unos a otros durante dos cortas horas, pero si me quedé con la base de todo:

Las emociones se encuentran en cualquier situación, en clase, en la calle, en casa… y todas las personas las tienen, cada una a su manera. Además, es muy fácil hacer cambiar de emoción a una persona con unas simples palabras o unas acciones (abuchear o animar, poner un examen sorpresa, escuchar un tipo de música u otro… fueron alguno de los ejemplos que nos dieron en la exposición) por lo tanto hay que tener cuidado con lo que cada uno dice y hace, ya que puede afectar en mayor o menor medida a alguien a quien apreciamos.

Y esta última frase encaja perfectamente con el uso de la Programación neurolingüística, nuestra exposición, donde las cosas vistas desde dentro son diferentes. Pero esto será otra entrada que ya publicaré más adelante.

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