Tejiendo
puentes de respeto entre la familia y la escuela desde la Pedagogía
Sistémica
Esta entrada es la
segunda que hago sobre el V Congreso de Educación Infantil de
Ameigi, cuyo lema este año era “Educación y respeto”. La
primera la tenéis en el blog y es la que habla de la metodología
Pikler. Al igual que en la entrega anterior, incluyo muchos datos
sobre los que no me ha sido posible profundizar por falta de tiempo.
Los nombres en negrita merecerían su propia entrada, os animo a que
los busquéis en internet, o a que le echéis un vistazo a algunos
enlaces que he dejado al final de la entrada, espero que os sean de
interés.
En esta entrega os cuento
lo que escuché en la ponencia de José Carlos Pascual, profesor del
master de pedagogía sistémica en Madrid, maestro desde hace más de
20 años y, como él mismo pone en su curriculum, padre.
Antes de empezar os
explico un poco en que consiste la PS (pedagogía sistemática).
Según su página web (www.pedagogiasistemicamadrid.es
), que os aconsejo que visitéis si tenéis un momento, “es
un enfoque basado en las relaciones y vínculos que se generan entre
la escuela y las familias siendo los alumnos el nexo de unión entre
estos dos sistemas”. Así
dicho suena muy complicado pero, después de leer esta entrada,
espero que podáis explicarlo con vuestras palabras y sobre todo
practicarlo, en la medida de lo posible.
La
ponencia comenzó con una frase de Angélica
Olvera,
profesora del centro CUDEC
en México y pionera de la PS : “SOLO UN CORAZÓN AGRADECIDO
APRENDE”. Esta sencilla frase es la base de esta metodología,
basada en el respeto a las familias y la comprensión hacia las
diferentes maneras de vivir y de entender la educación. La PS sólo
pretende aportar sobre lo que ya existe, no anularlo. Es un enfoque
complementario para tomar de él lo que se quiera.
Bert Hellinger |
Lo primero que nos dice
el ponente es que cerremos los ojos y que nos pongamos cómodos, en
una posición relajada. Desde ahí nos pide visualizarnos a nosotros
mismos junto a los padres de uno de nuestros alumnos, cualquiera, y
que nos fijemos en dónde nos hemos ubicado en el espacio. Bert Hellinger, filósofo y psicoterapeuta alemán, y
creador del sistema de terapia familiar “constelaciones
familiares”, nos dice que en un orden jerárquico correcto
primero están los padres, luego los niños y luego los maestros.
Después
nos pide lo mismo, pero esta vez nos situaremos al lado de nuestros
propios padres. Al abrir los ojos y recapacitar nos damos cuenta de
la importancia de la ubicación, tanto física como simbólica, que
elegimos respecto de unas u otras personas. Según la PS los
profesores deben estar al servicio de los padres, y no sobre ellos.
Los padres eligen a los maestros y ellos les representan ante sus
hijos.
No
podemos cambiar a los padres de nuestros alumnos. Debemos respetarles
y ayudarles. Teniendo en cuenta el orden expuesto anteriormente, el
“ayudador-maestro”, debe colocarse siempre en el último lugar.
Si nos ponemos delante de las familias, desde este lugar se va a
hacer muy difícil la ayuda, sobretodo por parte del receptor. Puede
resultar incómodo al principio, pero es desde el último lugar,
desde el que se consiguen mejores resultados, que al final es nuestro
objetivo, mejorar lo que ya existe.
Marianne Franke |
La
familia pertenece al sistema escolar, aunque no esté dentro de la
escuela. Nos dice Marianne
Franke,
maestra alemana que practica la PS, que cuando ve a sus alumnos en el
aula, detrás de ellos ve a sus padres. La familia es fundamental,
sobretodo en las primeras etapas de la escuela. ”Un
niño quiere a sus padres sean como sean, y no al maestro”(Bert
Hellinger). Primero quiere a sus padres, y luego, si el maestro está
en sintonía con ellos y les respeta, también le querrán. Cualquier
maestro que se considere mejor o quiera sustituir a unos padres ya a
perdido a su alumno.
Si
confiamos en la familia, la familia confiará en nosotros. Si el
maestro no ve con buenos ojos a la familia, la familia no va a dejar
que el niño participe al cien por cien en la escuela. Por “lealtad”
el niño va a estar siempre al lado de sus padres. Ante situaciones
difíciles, siempre hay que respetar a las familias. Esto no
significa que uno tenga que estar de acuerdo con ellos, significa que
estamos en un contexto ajeno a la familia, y que no podemos en ningún
caso entrometernos (ya sé que al leer esto va ha haber mucha
controversia, pero de momento me limito a contaros lo que nos dijo
José Carlos Pascual) La PS pretende hacer de la escuela un lugar de
encuentro donde los padres expresen sus preocupaciones y necesidades
y se sientan escuchados. A veces esto genera recelo en los maestros.
Que los padres tengan una actitud participativa y constructiva en la
escuela no significa que deban decirnos como hacer nuestro trabajo.
Dado
que los entornos educativos son cada vez más multiculturales,
debemos incluir lo que cada alumno traiga consigo, sin que ello
prevalezca sobre lo que es nuestro sistema escolar. Los niños deben
percibir que lo que ellos tienen está bien, que su cultura está
bien. Se trata de dar un lugar, integrar y reconocer a todos en el
aula, así los niños y sus padres se sentirán acogidos y no
atacados. Se trata de generar acuerdos entre padres y profesores y
caminar de la mano.
En los tiempos que
vivimos existen muchos nuevos modelos de familia. Los niños y los
padres deben percibir que para nosotros todo es válido, sean cuales
sean los valores personales del maestro. Deben sentir que son
comprendidos, aceptados y tenidos en cuenta, todos por igual. Si todo
lo que no se ajuste a los valores familiares del maestro en el aula
está mal, van a aparecer muchas dificultades para relacionarse con
ciertas familias. Tenemos que estar abiertos a respetar. Debemos
conocer y comprender los contextos familiares de nuestros alumnos:
familias monoparentales, adopciones, padres del mismo sexo, niños
que pasan casi todo el día con los abuelos...
Conociendo la situación
que ocupa cada niño en su familia podemos entender muchos
comportamientos del aula. Por ejemplo, un niño muy activo y
distraído, tiende a ser etiquetado como niño con TDAH, pero si
conocemos mejor su contexto veremos que posiblemente este niño sea
hijo único de una familia que le tiene sobre estimulado. Esto
significa que el niño está acostumbrado a recibir muchos estímulos
a la vez (los padres, los abuelos, los tíos...) y a atender a muchas
demandas. Al entrar en el aula este ritmo disminuye y el niño se ve
obligado a focalizar su atención en un solo punto, el maestro.
Entonces le faltan estímulos, los busca y se distrae. Conocer el
lugar que ocupa cada niño en el contexto familiar es fundamental
para una buena atención y un trato personalizado por parte del
maestro.
Los niños son muy
sensibles a lo que ocurre dentro de la familia, y lo expresan en el
aula. Debemos percibirlo y trabajar con ello desde el respeto. No
tenemos que solucionar los problemas del alumno, sino incluirlos y
reconocerlos. ( De nuevo controversia, lo sé, yo también me quedé
un poco sorprendida con esto)
No debemos hacer juicios
sobre las familias ni intentar cambiarlas, si aceptamos a esa familia
con el problema que tiene, conseguiremos que no se ponga a la
defensiva con nosotros. Aunque no digamos nada, si tenemos reservas
con una situación o una familia, el lenguaje no verbal va a
manifestarlo, y la otra persona percibirá perfectamente esa actitud
y se sentirá incómoda desde el primer momento. Es una tentación
querer cambiar las cosas, pero debemos comprender que es una batalla
perdida.(Otra cosa de la que os hablaré luego en la reflexión
final)
Las entrevistas con las
familias son el momento en el que padres y maestros entran en
contacto directo, y hay que tener en cuenta ciertos datos,
aparentemente no muy perceptibles, que nos ayudarán a mejorar las
relaciones y los resultados de estas. La ubicación es fundamental
como hemos visto al principio. Debemos poner a los padres a nuestra
derecha, que es un lugar prioritario, y tratar de eliminar cualquier
barrera física que nos separe, como una mesa. Es mejor sentarse en
posición lineal o circular. Es importante mantener una escucha
activa, hablar asertivamente y no emitir juicios, no “reñir” a
los padres al hablar del problema. Tratar de cultivar los vínculos
con las familias y tender puentes. Si estos puentes no existen los
niños se pierden porque cada parte le dirá cosas distintas. Si esto
no funciona bien, el niño puede sentir que para aprender tiene que
www.desmotivaciones.es |
Finalmente la PS dice que
los maestros debemos empezar por trabajar con nuestros propios
trastornos. Conocernos, aceptarnos y resolver nuestros puntos débiles
en la medida de lo posible para trabajar mejor en la escuela. Por
ejemplo, si hemos tenido un mal divorcio y no tenemos buena relación
con nuestra ex-mujer, ¿de qué manera vamos a tratar a la madre de
un niño que está en trámites de separarse? No debemos dejar que
nuestros prejuicios o nuestras frustraciones influyan en la relación
que tenemos con nuestros alumnos o con sus familias.
Después de la ponencia
se abrió el turno de preguntas, donde la mayoría iban dirigidas a
qué hacer ante casos graves o más extremos, como falta de higiene
continuada, malnutrición, niños en situaciones de violencia
familiar, etc. Ante estas situaciones, José Carlos insistía que
ante todo se debe respetar la situación de las familias y que no se
debe juzgar ni intervenir, que ese no es nuestro trabajo. Esta
postura es admirable, en cuanto a que deben darse oportunidades de
igualdad para que una familia normalice su situación, o viva según
sus propias normas, pero ¿dónde ponemos el límite? ¿debemos
sacrificar el bienestar físico y psicológico de un niño de esta
edad por respetar la intimidad o las costumbres de una familia? Para
mi la respuesta es no. Creo que una situación tan extrema a esta
edad puede marcar a un niño de por vida y no me parece justo.
Intentar solucionar lo que está claramente mal, no es una batalla
perdida para mi. El maestro debe velar por el bienestar del alumno en
primer lugar, y después por el de la familia. Una de las labores de
un maestro de infantil es observar el comportamiento de sus alumnos y
descubrir si hay algún problema para atajarlo cuanto antes. Si bien
es cierto que no es el maestro quien debe intervenir directamente con
las familias, sino el orientador, o en casos más extremos, los
servicios sociales, si creo que es el responsable de dar la voz de
alarma, primero a los padres, para que pongan fin a esa situación
dañina para su hijo, y si estos no lo hacen, a los profesionales
competentes. No se pueden dejar pasar las cosas como si no pasase
nada o como si se fueran a solucionar solas, porque día a día van
haciendo mella en el niño hasta dejarle una huella imborrable.
Por otra parte, y dejando
de lado estos casos tan extremos, creo que la PS es una buen enfoque,
no solo para la docencia, sino para nuestra vida cotidiana. Tratar a
los demás con ese respeto, comprender que existen maneras de pensar
diferentes a las nuestras y considerar que estas también pueden
estar bien, es la base para un buen entendimiento . A menudo no nos
damos cuenta, pero nos pasamos la vida intentando convencer a los
demás de que nuestra manera de hacer las cosas es la mejor. En casa,
en el trabajo en la calle, tratamos de imponer a los demás nuestros
criterios,
www.forocoches.com |
Enlaces de interés:
http://www2.hellinger.com/es/home/bert-hellinger/bert-hellinger/
http://www.migatocalcetines.es/2007/02/16/los-ninos-son-increibles-si-creemos-en-ellos/
http://www.domus.cudec.edu.mx/pedagogia-sistemica/pedagogia-sistemica/origen-y-desarrollo
Videos:
https://www.youtube.com/watch?v=b92JYbKjxq0
https://www.youtube.com/watch?v=-VDXCbvOgEY
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